Introducción por Amante de la Verdad.
Prof. Plínio Correa de Oliveira: héroe del Brasil, el CRUZADO DEL SIGLO XX, adalid de la Contrarrevolución. |
Dejo aquí un pequeño homenaje (en conmemoración a los ciento cinco años de su nacimiento) al Dr. Plinio Corrêa de Oliveira: el CRUZADO DEL SIGLO XX, un brasileño con todas las letras, fundador e ideólogo del Movimiento Tradición-Familia-Propiedad; político, periodista y escritor filósofo brasileño; católico tradicionalista, ultra-conservador y derechista auténtico (de la Derecha de los ideales, no de los intereses): monárquico.
Nació en el seno de una familia aristocrática paulista, estudió con los jesuitas desde niño, estudió Derecho y se licenció como tal, aunque técnicamente nunca realizó su doctorado, si bien en Brasil, se les llama "doctor" igualmente a los abogados en general. Desde muy joven militó en las Juventudes Católicas y comenzó su carrera política en la Liga Electoral Católica y fue diputado en 1932, en una Asamblea Constituyente del Brasil.
Fundó la sede paulista de la Acción Católica, enseñó filosofía en varias universidades como la Pontificia Universidad Católica de San Pablo y desde niño él siempre fue un devoto católico, ferviente defensor de la Monarquía, el orden natural, la Tradición, un luchador contra la masonería, el marxismo y todos los males de la sociedad moderna; realmente fue muy buena persona y por eso en 1960, él fundó la Sociedad Brasileña de Defensa de la Tradición, la Familia y la Propiedad, más conocida como TFP, que en realidad se convirtió en un movimiento ejemplar que luego se difundió por todo el mundo; fue un movimiento tan bondadoso que por ejemplo colaboró con la independencia de Lituania, con respecto al totalitarismo marxista.
Su obra más célebre e influyente es sin dudas "Revolución y Contrarrevolución" (1959), que es un libro que realmente me impactó, pues resume la historia de la decadencia de la Civilización Cristiana y Occidental, mostrándonos cómo los enemigos de Cristo se hicieron con el poder, a través de un ciclo de cuatro revoluciones: una primer revolución que fue la "Reforma" religiosa protestante, la segunda que fue la Revolución francesa, la tercera que fue la Revolución rusa con el advenimiento del comunismo internacional y la cuarta que fue la Revolución cultural de los '60. Una revolución trajo como consecuencia a la siguiente; la primera fue para quitarle el poder hegemónico de la Iglesia, la segunda fue para destruir a la institución monárquica, la tercera fue para destruir la autoridad de las clases privilegiadas, es decir para fomentar la lucha de clases; y la cuarta fue para destruir la mismísima cultura occidental, para acabar con cualquier vestigio de Tradición que pudiera quedar en la sociedad, para destruir la familia (institución natural y cristiana) en sí misma. Y esa última revolución fue de la mano del Conciliábulo Vaticano II, un falso "Concilio", pastoral no dogmático, que no ha traído algo bueno para la Iglesia, sino que ha representado la infiltración judeo-masónica en el seno de la misma, tal como se explica claramente en el libro de Radio Cristiandad "Sinopsis de Errores del Concilio Vaticano II". Realmente ese libro me encantó, pues muestra la verdad de la historia tal como fue; también he leído otros libros y artículos de Don Plínio, su obra es muy buena realmente, si bien como todo el mundo algunos errores tiene por ahí; pero en general es un autor muy recomendable y sin lugar a dudas que es uno de mis grandes referentes, por ser un gran defensor de la auténtica fe cristiana, de la Tradición, de haber luchado incansablemente contra el marxismo, etcétera.
Lamentablemente como siempre en estos temas, hay personas mezquinas que se dedican a calumniar la insigne figura de este gran hombre diciendo que era un "hereje", porque no siguió el CV2, que "estaba contra el Papa" (¡nada más falso!), que formaba una "secta" y ¡cuántas barbaridades más! Las personas que afirman esas cosas son personas malvadas, servidores de Satanás que quieren confundir a los fieles y así destruir a la Iglesia, pero sepan que no lo van a lograr, pues la verdad siempre prevalece y Don Plínio fue un gran luchador contra la judeo-masonería y el marxismo internacional; Don Plínio se nos presenta ante todos los contrarrevolucionarios, reaccionarios, tradicionalistas, ultra-conservadores, ultra-montanos, como un modelo a seguir. Demás está decir que Don Plínio apoyó a la Casa Imperial de Brasil y también a Monseñor Marcel Lefebvre; si bien estas ilustres personas como Don Plínio, Lefebvre, Franco, José Antonio Primo de Rivera, Antonio de Oliveira Salazar, J.M. Bordaberry y otros tantos líderes tradicionalistas (de diversa índole) ahora no han sido aún canonizados por la Santa Iglesia, es muy posible que en un futuro bueno y deseable ellos sean elevados a los altares, pues realmente fueron y son santos. Don Plínio por ejemplo, realmente fue un santo, que siempre defendió a la Iglesia, a la verdad, la tradición, la familia y la propiedad que es considerada por el Magisterio de la Iglesia como un derecho divino. Quizás en un futuro propicio personas como Don Plínio sean canonizadas, pero eso hoy en día, con toda la corrupción que hay en el Vaticano es impensable, pues ni siquiera se han dignado en canonizar a la Santa Reina Isabel la Católica (bueno esto es algo muy raro, que la Iglesia no haya canonizado a esta santa) ni a San Pío XII, ni al mártir José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange Española, que murió asesinado por los republicanos marxistas...
Todas esas personas, entre ellas Don Plínio, ya fueron y ya son veneradas por miles de católicos (en el ámbito privado, claro) en todo el mundo; en Brasil particularmente, muchos católicos consideran a Don Plínio como un santo, un héroe que defendió a Brasil del marxismo y defendió a la Iglesia de la infiltración judeo-masónica.
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