Por Amante de la Verdad.
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Desde 1958...la Santa Sede está vacante. Por un lado tenemos a la Una Santa Católica y Apostólica Iglesia de Cristo, y por otro lado la Neo-Iglesia o Secta modernista-pelagiana del Vaticano II, fundada por Roncalli y Montini. |
Sé que este es un tema complicado y difícil de querer admitirlo, pero la verdad hay que decirla con todas las letras aunque duela, pues la verdad duele pero cura y en este caso ¡salva! Y la realidad del mundo en que vivimos—damas y caballeros de este mundo joven y estático en el centro del universo, creado por Dios Todopoderoso para nosotros—es que hoy la Santa Sede está vacante.
Me gustaría deciros que un decoroso, honesto y honradísimo Cónclave de la Iglesia Católica Apostólica y Romana, ha elegido a un nuevo Papa que ha decidido llamarse Francisco, en homenaje al gran San Francisco de Asís, que dicho Papa es de la honorabilísima Orden de los Jesuitas (¡un Papa negro!) y para mi mayor alegría, es un Papa proveniente de la hermana Nación Argentina, de la cual los orientales también deberíamos formar parte; ¡un Papa rioplatense! ¿Qué más gusto me podría dar una noticia como esa? Pero eso todo, toda esa alegría, todo esa felicidad, NO está ocurriendo aquí en la realidad, no está ocurriendo en este mundo...Quizás en alguna dimensión paralela o desconocida, pero aquí en este universo, el único que podemos, ver, conocer y comprender—en parte—tales bellos hechos NO están ocurriendo, sino que lo que ha ocurrido en Roma, dentro del Vaticano, es que un conjunto de cardenales corruptos, reunidos en un fraudulento Cónclave han elegido como supuesto “Papa” a un señor llamado Jorge Mario Bergoglio, ¡que ni siquiera es un sacerdote válidamente ordenado!¡Eso es lo que sucedió! ¡Eso es lo que está sucediendo! ¿Qué no pueden verlo? ¡Estamos ante el mayor cisma de la historia de la Iglesia!
Pero dicho cisma no comenzó ahora en el 2013, sino que comenzó en el año de Nuestro Señor de 1958, luego del fallecimiento del último Papa Su Santidad Pío XII. A su muerte, se realizó un Cónclave, del que salió electo como supuesto “Papa” Ángelo Giuseppe Roncalli quien fue un Antipapa quien tomó el nombre de “Juan XXIII”, en honor a otro antipapa anterior de la Edad Media, y por si fuera poco ¡Juan XXIII fue masón! A partir de entonces, los fraudes electorales de pseudo-cónclaves se continuaron, pasando por los Antipapas: Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI y el más reciente, Francisco. Pero, ¿qué sucedió en la Iglesia católica? ¿Acaso las puertas del infierno prevalecieron? ¡NO! Lo que sucedió en 1958 fue un tremendo CISMA, un cisma desastroso y tan horrendo, que la mayoría de los sacerdotes del mundo, directamente traicionaron a la Iglesia de Cristo y se pasaron a la Neo-Iglesia del Vaticano II, una poderosa Secta anti-católica, que entre los años 1962 y 1965 realizó un “Concilio”, el llamado “Concilio Vaticano II”, que en realidad fue un Conciliábulo, un “Concilio” falso y herético, que no sólo se burló del Concilio Vaticano I, sino de todos los anteriores Concilios ecuménicos de la Iglesia católica y de todo su infalible Magisterio…Es decir, según estos herejes y cismáticos de la Secta del Vaticano II, la Iglesia católica tuvo toda su historia equivocada y ellos son los que tienen la verdad, pero obviamente, es completamente al contrario.
La Iglesia Católica, sobrevivió desde entonces—y sobrevivirá hasta el final, pues nuestra Iglesia es INDESTRUCTIBLE—en la postura “sedevacantista”; pero aclaro que la palabra “sedevacantista” no es más que una etiqueta que usamos para indicar que la Santa Sede está vacante y no hemos podido hacer un nuevo Cónclave válido, entre otras cosas porque los cardenales sedevacantistas no se han podido poner de acuerdo y lamentablemente muchos cardenales, obispos y sacerdotes—la mayoría—han caído en la herejía pelagiana de negar la absolutidad del dogma “fuera de la Iglesia no hay salvación”. Y por otra parte, lo que defiende la Neo-Iglesia cismática del Vaticano II es la herejía grandísima que llamamos “modernismo”; “el modernismo es el compendio de todas las herejías” como decía S.S. el Papa San Pío X. Dicha herejía consiste en muchas cosas, entre ellas el pelagianismo, la libertad religiosa, el racionalismo, el subjetivismo, el relativismo, el marxismo, el humanismo secular, el luteranismo, el anglicanismo, y demás características propias del mundo moderno, incluyendo por supuesto la negación del dogma “fuera de la Iglesia no hay salvación” (pelagianismo, por ejemplo al decir que los niños abortados no bautizados se van al cielo, siendo que en realidad se van a un sector del infierno, llamado limbo, algo que la Secta del Vaticano II lo niega), la negación de la infalibilidad papal (“católicos” antiguos), la admisión de cierto grado de libre examen (protestantismo; la nueva Misa del Vaticano II, NO es una Misa de verdad, sino un servicio protestante, no sólo porque se hace en lenguas vernáculas—que creo que sería lo de menos—sino porque se omite el sacrificio de la Santa Misa y muchas partes importantes) y la negación del dogma de la predestinación (que muchos la confunden con la “doble predestinación” calvinista).
El Conciliábulo Vaticano II ha diseminado un montón de nefastos y abominables errores, contra la fe católica; dicho Conciliábulo cambió la Santa Misa Tridentina, instaurada por el Papa San Pío V a perpetuidad y de forma infalible por la bula “Quo primum tempore” y eso no me lo puede negar nadie (el que lo hace es un hereje, pues esa bula es infalible), pues los documentos están ahí; el antipapa Pablo VI sustituyó la Santa Misa por un ritual protestante: el Novus Ordo Missae; y eso es una de las peores cosas que han hecho. Pero sus maldades no se detienen ahí, pues Pablo VI destruyó al Santo Oficio (la Santa Inquisición, un tribunal de misericordia, que juzgaba y condenaba a los herejes y a los hechiceros, muchos de los cuales eran delincuentes muy malos que merecían la muerte) y terminó con el importantísimo Index Librorum Prohibitorum, el cual era un índice donde se colocaban las obras que estaban prohibidas para los católicos, pues atentaban contra el dogma católico; y cabe destacar que fue precisamente por esas épocas cuando comenzaron a oírse de “casos de pederastia en la Iglesia”; y es que claro, eso se dio por la laxitud de las costumbres(pelagianismo puro, proveniente de los pseudo-jesuitas que apoyaron el evolucionismo) y obviamente NUNCA ocurrió en la Iglesia católica, sino en la Neo-Iglesia del Vaticano II. Los frutos del Vaticano II han sido nefastos: apostasía generalizada (un montón de “católicos” nominales, que sólo se han bautizado y luego, nunca más compromiso alguno con la fe cristiana), mujeres que van sin mantilla a las misas, o que andan con polleras cortas o vestidas de hombres (pantalones), inmoralidad a doquier, democraticismo liberal…Votar, votar y votar, mujeres que votan, como si el sufragio fuese algo bueno; métodos anticonceptivos tanto naturales como artificiales, y el Clero, ¿qué hizo? ¡Hasta Benedicto XVI terminó diciendo que en ciertas circunstancias muy graves, podía usarse el preservativo! ¡Esto es herejía atroz que atenta contra la vida humana! Homicidio en potencia, es usar métodos anticonceptivos; inmoralidad pura. ¡Inmoralidad pura, es lo que ha emanado del Conciliábulo Vaticano II! Si hasta hay “curas” maricones y pederastas, lacras humanas, basura execrable, que merecen la muerte sin contemplaciones. Las barbaridades de la Secta son notorias y son escandalosas, y claramente nos demuestran que esa es una institución que no es intachable, como sí lo es la Iglesia católica; esa secta evidentemente NO es la Iglesia Católica, pues la Iglesia Católica está completamente libre de errores.
Ahora bien, ¿por qué la Santa Sede está vacante? Eso se explica principalmente por la bula “Cum ex Apostolatus Officio”, del Papa Pablo IV, del 15 de febrero de 1559 (y ojo, ¡es ex cathedra!, infalible, esto es: ¡verdad bajada del cielo!), que dice:
“… Dado que donde surge un peligro mayor, allí más decidida debe ser la providencia para impedir que falsos profetas y otros personajes que detentan jurisdicciones seculares no tiendan lamentables lazos a las almas simples y arrastren consigo hasta la perdición innumerables pueblos confiados a su cuidado y a su gobierno en las cosas espirituales o en las temporales; y para que no acontezca algún día que veamos en el Lugar Santo la abominación de la desolación, predicha por el profeta Daniel; con la ayuda de Dios para Nuestro empeño pastoral, no sea que parezcamos perros mudos, ni mercenarios, o dañados los malos vinicultores, anhelamos capturar las zorras que tientan desolar la Viña del Señor y rechazar los lobos lejos del rebaño…
6. Agregamos, [por esta Nos Constitución, que debe seguir siendo válida en perpetuidad, Nos promulgamos, determinamos, decretamos y definimos:-] que si en algún tiempo aconteciese que un Obispo, incluso en función de Arzobispo, o de Patriarca, o Primado; o un Cardenal, incluso en función de Legado, o electo Pontífice Romano que antes de su promoción al Cardenalato o asunción al Pontificado, se hubiese desviado de la Fe Católica, o hubiese caído en herejía: (i) o lo hubiese suscitado o cometido, la promoción o la asunción, incluso si ésta hubiera ocurrido con el acuerdo unánime de todos los Cardenales, es nula, inválida y sin ningún efecto; (ii) y de ningún modo puede considerarse que tal asunción haya adquirido validez, por aceptación del cargo y por su consagración, o por la subsiguiente posesión o cuasi posesión de gobierno y administración, o por la misma entronización o adoración del Pontífice Romano, o por la obediencia que todos le hayan prestado, cualquiera sea el tiempo transcurrido después de los supuestos antedichos. (iii) Tal asunción no será tenida por legítima en ninguna de sus partes… (vi) los que así hubiesen sido promovidos y hubiesen asumido sus funciones, por esa misma razón y sin necesidad de hacer ninguna declaración ulterior, están privados de toda dignidad, lugar, honor, título, autoridad, función y poder
10. Por lo tanto, a hombre alguno sea lícito infringir esta página de Nuestra Aprobación, Innovación, Sanción, Estatuto, Derogación, Voluntades, Decretos, o por temeraria osadía, contradecirlos. Pero si alguien pretendiese intentarlo, sepa que habrá de incurrir en la indignación de Dios Omnipotente y en la de sus santos Apóstoles Pedro y Pablo.
Dado en Roma, junto a San Pedro, en el año de la Encarnación del Señor 1559, XV anterior a las calendas de Marzo, año 4º de nuestro Pontificado.
+ Yo, Pablo, Obispo de la Iglesia Católica…”.
Esta bula es un decreto infalible de Pablo IV, una Verdad Absoulta Incuestionable, bajada del cielo, que si alguien la cuestiona, incurriría en la indignación de Dios Omnipotente y en la de sus santos Apóstoles Pedro y Pablo; o sea, que dicha bula, más el Código de Derecho Canónico de 1917 (formulado por S.S. Benedicto XV; y que es el único Código de Derecho Canónico válido, pues el de Juan Pablo II, fue hecho por un Antipapa), tenemos que un hereje no puede ser Papa válido, y por tanto, es Antipapa, por definición. Pero para afirmar aún más este argumento irrefutable (pues nadie puede osar contradecir una bula infalible, dispuesta a perpetuidad, al igual que el ritual de la Santa Misa de San Pío V), que decretó una bula infalible de un Papa de la Iglesia Católica, veamos lo que nos enseñan los santos de esta materia:
San Roberto Belarmino, Cardenal y Doctor de la Iglesia, De Romano Pontifice, II, 30 dice:
“Un papa que se manifieste hereje, por ese mismo hecho (per se) cesa de ser papa y cabeza, así como por lo mismo deja de ser un cristiano y miembro de la Iglesia. Por tanto, él puede ser juzgado y castigado por la Iglesia. Este es la enseñanza de todos los Padres antiguos, que enseñaban que los herejes manifiestos pierden inmediatamente toda jurisdicción”. O sea, que aquí vemos este fortísimo argumento, que como está confirmado por el Magisterio de la Iglesia, es infalible, y entonces sí que podemos juzgar a alguien que no es miembro de la Iglesia; y lo puede juzgar cualquiera que sea miembro de la Iglesia, por ejemplo, yo Nicus, que estoy probando aquí además, no ser un cismático, como algunos insinúan, por el mero hecho de ser sedevacantista. Y todavía esa era la opinión unánime de los Padres antiguos; ahora, ¿acaso los teólogos modernistas saben más que los Padres de la Iglesia? ¡Pues los reto! Les reto a cualquier teólogo modernista que venga y me diga que los Padres estaban equivocados, y ustedes los modernistas están en lo cierto. Por supuesto, sé que no podrán refutar a los Padres de la Iglesia, pues ellos usaban argumentos sólidos, y no sentimentalismos como es lo que se basan los teólogos de la secta del Vaticano II, que porque les da lástima de que mucha gente se vaya al infierno dicen estupideces como que “el infierno no existe”, “el infierno está vacío”, “el limbo no existe”, “no se puede juzgar a nadie”, etcétera…Claro, según ellos, yo no puedo decir categóricamente y sin lugar a dudas, que personas malvadas como Stalin, Mao Zedong o el tirano Chávez, se fueron al infierno. Sí, lo puedo afirmar y sin lugar a dudas, que todos los líderes comunistas que hasta el último momento de sus patéticas vidas no se arrepintieron de sus fechorías, están hoy, ardiendo en el fuego del infierno, junto a personajes como Caifás y Judas Iscariote; ellos están con el demonio y sus ángeles infernales y allí estarán por siempre. Pero claro, esto “suena feo” para el mundo progre y hedonista, en el cual vivimos…
Continúo con otra cita: San Roberto Belarmino, De Romano Pontifice, II, 30:
“Este principio es de lo más cierto. El que no es cristiano no puede de ninguna manera ser Papa, como Cayetano lo dijo (ib. c. 26). La razón por esto es que no puede ser cabeza de lo que no es miembro; ahora quien no es cristiano no es miembro de la Iglesia, y quien se manifieste hereje no es un cristiano, como claramente se enseña por San Cipriano (lib. 4, epíst. 2), San Atanasio (Cont. arria.),
San Agustín (lib. De great. Christ.), San Jerónimo (contra Lucifer), entre otros; por lo tanto, el hereje manifiesto no puede ser Papa”. Y agrega San Francisco de Sales (siglo XVII), Doctor de la Iglesia, «The Catholic Controversy»
La Controversia Católica, edición inglesa, pp. 305-306: “Ahora, cuando él [el Papa] es explícitamente hereje, cae ipso facto de su dignidad y fuera de la Iglesia…”.
San Antonino (1459) sentenció: “En el caso en que el Papa se convirtiera en un hereje, se encontraría, por ese solo hecho y sin ninguna otra sentencia, separado de la Iglesia. Una cabeza separada de un cuerpo no puede, siempre y cuando se mantenga separado, ser cabeza de la misma entidad de la que fue cortada. Por lo tanto, un Papa que se separara de la Iglesia por la herejía por ese mismo hecho en sí dejaría de ser la cabeza de la Iglesia. No puede ser un hereje y permanecer siendo Papa, porque, desde que está fuera de la Iglesia, no puede poseer las llaves de la Iglesia”. (Summa Theologica, citado en Actes de Vatican I. V. Frond pub.) ¿Acaso esto NO es claro? ¿Acaso no es obvio que un hereje NO pueda ser Papa?
Estas enseñanzas nos indican con fuerza la importancia del argumento que un “no católico (hereje formal) no puede ser Papa de la Iglesia católica”…Y es una cuestión lógica: un no miembro no puede ser líder de algo que no es miembro. Así entonces, más lo que nos indica la bula “Cum ex apostolatus officio” tenemos un argumento invencible e irrefutable para indicar que un hereje formal no puede ser Papa de la Iglesia católica. Hasta este punto entonces, ya no debe caber dudas de esto; reitero: un hereje no puede ser Papa de la Iglesia católica.
Pero alguno podría objetar: “puede darse el caso de que alguien pueda ser líder de lo que no es miembro, de alguna forma extraordinaria”. A esto se le debe responder, que tal objeción carece de sentido en general y más aún en la Iglesia católica; quizás en alguna otra institución eso pueda ser plausible (en alguna institución ilógica), pero no en la Iglesia católica, pues la Iglesia católica misma define quiénes son sus verdaderos miembros, esto es, aquellos que están unidos en comunión con Ella, y es regla de esta Santa Institución instaurada por Cristo, que el líder de la Iglesia debe ser miembro de la misma (estrictamente el líder de la Iglesia es Cristo mismo, por ser su fundador, pero el Papa es su Vicario: “Tu eres Pedro y sobre esta piedra, edificaré mi Iglesia”Mt.16,18) y que un hereje no pueda ser Papa, viene a su vez, del dogma de que los herejes no son miembros de la Iglesia, y esto lo podemos confirmar en la bula “Cantate Domino” del Papa Eugenio IV, en el Concilio de Florencia (1441) (los Concilios ecuménicos son infalibles):
“La Santa Iglesia Romana cree firmemente, profesa y enseña que aquéllos que no están en el seno de la Iglesia Católica, no solamente los paganos, sino también los judíos o herejes y cismáticos, jamás compartirán la vida eterna, e irán irremediablemente al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles, a no ser que se hayan unido a la Iglesia antes de morir…” O sea, que por ejemplo, Pablo VI se fue al infierno...Así de claro.
Y por si esto fuera poco, el Papa Pío XII dijo en la Encíclica “Mystici Corporis Christi”, del 29 de junio de 1943 declara:
“Puesto que no todos los pecados, aunque graves, separan por su misma naturaleza al hombre del Cuerpo de la Iglesia, como lo hacen el cisma, la herejía o la apostasía.” Más claro, imposible.
Con esto corroboramos entonces que un hereje no puede ser Papa. Ahora bien, pero aquí viene la más grande objeción: “¿quién le dijo a usted que Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco I son herejes?, y además, ¿quién es usted para juzgar?, ¿acaso recibió alguna notificación del Cielo? (recuerde que las revelaciones privadas son siempre falibles)”
A esto contesto que las herejías de dichos antipapas son formales (esto es, obstinadas y pertinaces en el tiempo, o sea, de gusto), públicas (que todo el mundo las puede ver) y notorias (que todo el mundo las puede constatar); y todas esas herejías, de cada uno de ellos usted las puede comprobar por usted mismo (para que no diga que yo soy un mentiroso), informándose y leyendo por ejemplo en la página del Monasterio de la Sagrada Familia (haga clic aquí, para leer); pero no sólo viendo dicha página web, sino como dichas herejías son notorias, usted mismo las puede comprobar en cualquier sitio web de religión católica, en cualquier video donde aparezca por ejemplo Juan Pablo II o Benedicto XVI en sus reuniones heréticas y abominables de Asís; usted podrá ver las barbaridades de esos antipapas, usted podrá ver cómo Juan Pablo II trató con Fidel Castro, con el comunismo, con el mal; usted podrá comprobar cómo TODOS estos antipapas o son judíos, o son masones, y obedecen las órdenes de los judíos y fueron elogiados por los judíos, y por masones, y hasta por comunistas, y por líderes de religiones paganas y hasta por líderes musulmanes. Estos antipapas del Vaticano II son notoriamente herejes hasta la médula y sus herejías son escandalosas, son una burla sistemática a la Iglesia católica.
Y finalmente sobre la objeción de que quién soy yo para juzgar, es una objeción ciertamente inválida, pues yo soy un católico de verdad y cualquier católico puede juzgar a un no-católico; si un católico nota que alguien que dice ser Papa, NO es Papa porque es hereje, dicho católico tiene todo el derecho a juzgar, pues “su” juicio NO es un juicio propio, sino un Juicio de la Iglesia. Es la misma Iglesia (el Cuerpo Místico de Cristo), a través de sus fieles, la que dictamina que un no-católico “x” NO es Papa, sino Antipapa. Y así, dicha objeción se desmorona sola. No hace falta un “tribunal”, no hace falta una “bula”, ni un “Concilio”, no es necesario una especie de “juicio político”… ¡Esto no es política, es religión, es fe, es Verdad Absoluta! Si una persona dice ser Papa pero NO lo es, simplemente no lo es; no necesita que baje Cristo del Cielo y diga: -Señores, este hombre no es Papa, es un impostor. Si fuera así, ¡entonces Jesucristo tendría que haber bajado del Cielo cada vez que hubo antipapas en la historia de la Iglesia! Y esto no ocurrió, pues sencillamente no fue necesario.
Para leer sobre más objeciones típicas y sus refutaciones correspondientes, usted puede ver aquí; pero si todavía le queda a usted alguna objeción para no aceptar esta realidad histórica del sedevacantismo, entonces usted puede plantearme su objeción en algún comentario; pero sinceramente no veo objeción alguna que pueda hacerse a esta postura, que no es ni más ni menos, que la defensa a ultranza de la religión católica, tal como fue enseñada en el Evangelio y el Magisterio infalible de la Santa Iglesia, fuera de la cual nadie puede salvarse (por supuesto, que si alguno me demostrara que yo estoy equivocado con argumentos sólidos, yo aceptaré mi error).
Pero además, esto que está sucediendo no es del todo inédito, pues ya existieron muchos antipapas en la historia y el Monasterio nos presenta una lista completa aquí; ahora lo que sí es inédito es que la Santa Sede ha estado vacante por mucho tiempo, ya desde hace varias décadas…Y esto es un signo de los tiempos…El fin puede estar cerca. De ahí entonces la gran importancia, de darse cuenta de esta realidad, para estar atentos a los signos de los tiempos y a los avatares del contexto actual global, pues Jesucristo va a volver pronto y cuando vuelva: ¿hallará fe sobre la tierra? (San Lucas 18:8).